jueves, 24 de julio de 2008

Mirando al Pasado


No sé si os pasa a vosotros, pero cuando tengo la oportunidad de ver fotos antiguas de Zamora, siempre aparecen en los álbumes fotografías de Semana Santa. Es todo un lujo verlas. No hace falta que sean fotos artísticas ni nada por el estilo, simplemente recuerdos familiares, instantáneas inmortalizando momentos cotidianos de la Pasión, véase el descanso de la Vera Cruz, el desayuno de La Mañana, el Santo Entierro haciendo estación en la Catedral, los niños con las palmas...

Cuando las veo, cierro los ojos y me traslado al papel en blanco y negro y me imagino, como si de una máquina del tiempo se tratase, que me traslado allí con la túnica y la cruz, y nadie se da cuena, y así puedo ver los antiguos pasos sin bandas, con las mesas de ojo de buey, mínimo número de cofrades, pero estoy seguro que la misma ilusión, el cosquilleo al oír el Merlú y el olor de las sopas de ajo.

Mirando atrás pero a corto plazo observamos los cambios tan positivos que han aparecido en la Semana Santa de Zamora, pero otros no tanto, y me pregunto. ¿Vamos por el buen camino? Pues depende.

Hace 20 años casi ningún paso iba a hombros, como el Cristo de la Tercera Caída, el Nazareno del Vía Crucis (¿Os imagináis el Nazareno a ruedas actualmente?, parece imposible ¿Verdad?), El Prendimiento, La Conducción, etc. Hoy parece normal y de toda la vida que los pasos vayan a hombros, y que lleven bandas de música, pero no ha sido así. El Prendimiento por ejemplo, el primer año que ha salido a hombros con esta nueva mesa, no llevó banda, y sólo han pasado once años desde aquel momento.

Con esto quiero decir que casi todos los cambios que se han hecho han sido para bien, para por lo menos volver a las fotos en blanco y negro de antaño, cuando todos iban a hombros. Estos cambios son buenos, están hechos con mucha cabeza y mirando hacia atrás para coger referencias, pero en cambio, nuevas decisiones actuales pueden perder sentido a lo que es, y a lo que fue.

Está claro que cuando diriges una cofradía no te puedes quedar parado sin hacer nada, ¿O sí?. A veces con mantener lo que coges es suficiente, sanear cuentas, y demás situaciones administrativas, y ya es mucho. Está claro que se pueden hacer otras muchas cosas también. Por el contrario, incorporar nuevas imágenes, recorridos y cosas similares deberían pasar un filtro mucho más estricto de lo que suele ser normal. Si queremos que nuestra Semana Santa pase a ser patrimonio de la humanidad, o simplemente que perdure en el futuro, los cambios deberían ser lentos y meditados, como se hace en Zamora, pero no para el bien de uno mismo sino para el bien de la historia.

Ciudad lenta, parsimoniosa, calmada, lentas filas de cofrades, sin prisa, arrastrar de pies descalzos, sentir la pasión, vivir.

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