viernes, 30 de julio de 2010

Páralo por favor

Se baja el paso. Nadie habla. Solo escuchas el latido de tu corazón.

Despedidas de aquellos que dejaran su hueco en los banzos y bienvenidas. Muchas y muy buenas. Despues de cinco horas debajo de El Prendimiento de Torija, el tiempo ha pasado demasiado deprisa. Trescientos y pico dias esperando, y se ha pasado enseguida. El año que viene intentaré que todo pase más despacio, aunque me parace imposible. Todo se andará.

No funcionan los sentidos. Ni el tacto de los banzos, ni el olor de la madera, ni el sabor de las almedras, ni el sonido de la procesión a punto de despedirse, ni la luz que entra sigilosa por las tallas de la vieja mesa. Sólo hay una sensación. Estás cerca de tí mismo.

Gracias a 32 hermanos más, has llegado hasta aquí, y Gerardo reza. Y Luis mira al suelo y sólo ve los pies de sus hermanos, nada mas.

Y se levanta la mole, y Olmedo se reencuentra con su amor por Zamora y las trompetas suenan tan alto que hasta el romano mira para atrás. Aquí va a pasar algo impresionante.

Despues de disfrutar con los hermanos del Olivo, mucho y bien como siempre, ahí es nada, el público mira atrás, y allí está. El Jesús triste de Torija que ya esta prendido. En la historia y en nuestro interior. Porque el paso nos ha enseñado a llorar de alegría. A sufrir con los hermanos, a callar en los momentos malos y en los buenos, a pensar que hay algo mas grande que nosotros mismos, que lo llevamos encima, y que todo tiene un sentido, mas allá de momentos puntuales, como éste tan grande, y que Jesús nos cuida. Gracias por poder estar aquí.

Con menos aire hermanos, más despacio. Páralo por favor que ésta es para nosotros. Páralo. Páralo que no lo queremos meter. Que quiero quedarme así para siempre. Que hoy no me puedo ir de aquí. Páralo Ivan por favor. Que esto solo pasa una vez en la vida. Que no se mueva hermanos.

Gracias Lolo otra vez, amigo y hermano por esperarme. Páralo una vez más

1 comentario:

ALEJANDRO dijo...

Pequeño pero gran texo.
Ya tenía ganas de volver a leer algo así que me pusiera los pelos de punta, con lo lejos que todavía quedan estos momentos.
Un saludo.